La primera fresa de jardín se cultivó en Francia a finales del siglo XVIII. Antes de esto, las fresas silvestres y las selecciones cultivadas de las especies de fresas silvestres eran la fuente común de la fruta. El fruto de la fresa fue mencionado en la literatura romana antigua en referencia a su uso medicinal. Los franceses comenzaron a llevar la fresa del bosque a sus jardines para cosecharla en el siglo XII. Carlos V, el rey de Francia desde 1364 hasta 1380, tenía 1.200 plantas de fresa en su jardín real. A principios de la década de 1400, los monjes de Europa occidental usaban la fresa silvestre en sus manuscritos iluminados. La fresa se encuentra en el arte italiano, flamenco, alemán e inglés. Toda la planta de fresa se usó para tratar enfermedades depresivas.