La clementina es una variedad de mandarina (Citrus reticulata) que obtuvo su nombre en 1902. El exterior es de un color naranja intenso con un aspecto liso y brillante. Las clementinas se puede separar en entre siete y catorce segmentos. Tienden a ser muy fáciles de pelar, como una mandarina, pero casi nunca tienen semillas, por lo que también se las conoce como mandarinas sin semillas. Asimismo, a veces también se las denomina mandarinas argelinas. Por lo general son jugosas y dulces, con menos ácido que las naranjas. Sus aceites, al igual que los de otros cítricos, contienen principalmente limoneno y mirceno, linalol, α-pineno y muchos aromas complejos.